Cuando conocimos a Marko en el hospital nos habló de su afición a los caballos. Estaba deseando volver a montar y nos confesó que su mayor deseo era cabalgar por la playa.
Nuestras responsables de deseos, hadas madrinas en toda regla, tomaron nota y en cuanto los médicos de Marko les dieron vía libre empezaron a organizar su deseo.
También sabíamos que le hacía mucha ilusión montar en avión por primera vez, así que la aventura empezó con dos billetes con destino a Asturias. ¡Marko no se lo podía creer! Una vez allí, él y su familia se alojaron en un hotel donde les trataron como reyes y finalmente llegó el momento más esperado: un paseo a caballo por la playa.
«Se ha cumplido mi deseo», nos dijo después. Y el nuestro, al ver la ilusión en su cara y en la de sus familiares, también.
Muchísimas gracias a la Fundación Adey y al Colegio Punta Galea por ayudarnos a hacer posible este deseo tan bonito.