Pedro ha estado mucho tiempo aislado debido a una Leucemia y varias complicaciones que le hicieron pasar por varios ingresos hospitalarios. Para pasar el tiempo, él y su padre jugaban a imitar la forma de caminar de los pingüinos, que se han convertido en sus animales favoritos. Así que ahora que ya puede salir y hacer más planes, le sorprendimos con un viaje a Valencia para visitar el oceanográfico. Allí le han explicado de primera mano todo sobre los animales, ha pasado un rato inolvidable rodeado de pingüinos, ha dado de comer a los delfines y se ha sentido como si estuviera en la mismísima Antártida.
Muchas gracias a Fundación Inocente Inocente por ayudarnos a hacerlo posible, a Javier León a todo el personal del Oceanogràfic por su cariño con Pedro y a AC Hotels by Marriott Valencia.