Una de las cosas que más le gusta a Álex es bañarse en la pisci, pero debido a su enfermedad no puede hacerlo en las piscinas públicas de su pueblo. Este es el segundo verano que se queda sin chapuzón y estaba un poco triste…
¡Pero con unos golpes de varita encontramos una solución! Con un poco de magia y otro poquito de trabajo, le llevamos una piscina al jardín de su casa solo para él. ¡Se quedó alucinado al verla y lo primero que pensó fue en invitar a sus amigos para bañarse juntos!
Muchísimas gracias a la Fundación Adey por ayudarnos a cumplir el refrescante deseo de Álex en un verano tan caluroso.