Después de muchos aplazamientos por circunstancias hospitalarias, el deseo de Rocío de viajar a Disneyland Paris parecía cada vez más lejano. Pero con un par de toques de varita, por fin lo conseguimos y… ¡la magia se hizo realidad!
Con una sonrisa que iluminaba todo a su alrededor, Rocío vivió su propio cuento de hadas: «Me he sentido una niña de nuevo, ha sido maravilloso, no lo olvidaré nunca».
Hoy celebramos contigo, Rocío, porque los sueños merecen cumplirse, ¡y más cuando están llenos de ilusión y valentía!
Gracias a la JLGB Asociación por ayudarnos y a todos los que hacen posible que pequeños grandes deseos como este cobren vida.