Álvaro tiene 17 años y, aunque la enfermedad le ha puesto muchos baches en el camino, nunca ha dejado de soñar. Amante del tenis y de los coches —sobre todo de los BMW— tenía un deseo claro: cumplir los 18 y sacarse el carnet de conducir.
Desde la Fundación sabíamos que necesitaba más que ánimos… necesitaba ilusión. Y ese día llegó.
Una mañana, sin esperarlo, un espectacular BMW lo fue a buscar. Visita privada al concesionario, coches de alta gama, zonas exclusivas… ¡Y hasta una matrícula con su nombre! Pero lo mejor estaba por llegar: el anuncio de que ya podía empezar su formación teórica para el carnet de conducir.
Álvaro volvió a casa con la sonrisa puesta… porque entendió que los sueños, a veces, llegan justo cuando más los necesitas.
Muchísimas gracias a Fundación Occident por ayudarnos a hacerlo posible, así como a BMW triocar y Autoescuela Claxon por su implicación y cariño.