A Marta la sorprendimos en su casa con la complicidad de su profe, que se acercó a visitarla un día que no tenía clase. «¡Qué raro!», pensó Marta. Cuando su profe le entregó nuestra varita mágica, Marta tuvo claro el deseo que quería pedir… «¡Quiero un chiguagua para cuidarlo y que me haga compañía!» Y como por arte de magia apareció Coco, como ella misma le bautizó, un precioso perrito. Al verlo, Marta no pudo contener las lágrimas de la emoción.
Muchísimas gracias a Santander Global por ayudarnos a hacerlo posible; a Marina, voluntaria de delegación de la Caixa en Málaga, por su preparación del deseo y a María Jesús, profe de Marta, por su ayuda y cariño.