Urtzi siempre ha sentido una conexión especial con la naturaleza, especialmente con las aves rapaces. Su fuerza y agilidad en el aire le fascinaban, y observarlas en libertad era uno de sus mayores pasatiempos. Sin embargo, el diagnóstico de su enfermedad le alejó de sus planes y llenó sus días de ingresos y tratamientos.
A pesar de su espíritu luchador, la rutina hospitalaria había afectado su ánimo. Al conocer su amor por las aves y su deseo de vivir una experiencia con ellas, en la Fundación Pequeño Deseo nos pusimos manos a la obra y con la colaboración de Emociones al vuelo, organizamos un día único y mágico que Urtzi jamás olvidará.
En el campo, rodeado de aire libre, Urtzi conoció de cerca a majestuosas aves rapaces, aprendió a trabajar con ellas, y sintió la emoción de llamarlas, sostenerlas en su brazo y verlas volar en libertad. Fue un momento lleno de felicidad y emoción, un respiro después de meses de lucha.
Gracias a Vitalfundazioa por ayudarnos a hacerlo posible y a Emociones al vuelo por su generosidad y cariño con Urtzi.